Puede resultar intimidante volver a entrenar después de una pausa prolongada. Nuestro cerebro, que encuentra rápidamente razones, y nuestro cuerpo, que ya está acostumbrado a un régimen menos activo, pueden dificultar el reinicio. Sin embargo, esto no significa que deba abandonar su objetivo de volver a llevar una vida activa. Lo más importante es abordar el procedimiento con comprensión y de forma gradual.
En primer lugar, es fundamental liberarse de la tensión de las expectativas. Aunque pueda estar acostumbrado a un nivel particular de entrenamiento y rendimiento en los deportes, no debe evaluarse en comparación con su yo anterior después de tomarse unas vacaciones. Estas pausas ofrecen una oportunidad para comenzar de nuevo y experimentar el placer del proceso en lugar de solo los resultados.
Descubrir cosas agradables es una excelente manera de recuperar el impulso. Ahora es el momento de probar algo diferente si el entrenamiento anterior se sentía monótono o repetitivo. Puede ser yoga, un paseo por el parque, una lección de baile o incluso una actividad al aire libre. Modificar las cargas produce nuevas sensaciones y hace que el proceso sea menos comprometido.
También es beneficioso comenzar con cargas más pequeñas. Que sean entrenamientos rápidos y fáciles que no demanden mucho tiempo o energía. Recuperar la regularidad debe ser el objetivo principal al principio. Deje que el cuerpo se adapte al movimiento antes de intentar realizar todo a la vez.
El apoyo y el entorno tienen un impacto igualmente significativo. Invita a amigos o busca comunidades en línea que apoyen tu idea, si es posible. Hablar con otras personas sobre sus éxitos o desafíos al volver a jugar es energizante y empoderador.
Recuerda reconocer los logros menores, como un aumento de energía o simplemente una sensación positiva después del ejercicio. Estos ejemplos sirven como recordatorio de los beneficios de la movilidad. Reanudar los deportes será agradable en lugar de estresante si haces que el procedimiento sea cómodo y cuidas tu cuerpo.